Estimados seguidores, en esta ocasión nuestra teacher Camila quiere acercarnos los beneficios que aporta a los más pequeños la robótica o la programación en el aula, usando elementos adaptados a ellos.

En el desarrollo de la siguiente entrada de Blog analizaremos los beneficios que supone introducir la robótica educativa en los niños de 0-3 años, ya que esta materia supone una pieza clave y fundamental en la metodología innovadora de Wake-Up.

¿Por qué consideramos oportuno desde la escuela llevar a cabo un proceso de enseñanza-aprendizaje basado en recursos innovadores como es la robótica educativa? Actualmente, nos encontramos en una sociedad basada en las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, las cuales avanzan a un ritmo vertiginoso y es por ello por lo que, los procesos de aprendizaje deben ir en sintonía de estos cambios y adaptarse y tomar como referencia los recursos que la innovación nos brinda. A la hora de abordar la innovación en el proceso, tenemos que tener en cuenta que toda programación debe estar contextualizada, así, desde Wake-up nos unimos al cambio educativo y a la coherencia pedagogía con la llamada “sociedad tecnológica”.

A la hora de abordar la temática es imprescindible destacar la temprana edad de nuestros alumnos/as y la correspondiente adaptación que se hace del robot para iniciar a los niños en la adquisición de los diferentes aprendizajes ya que nos encontramos en la etapa de mayor plasticidad cerebral y debemos ofrecer tantos estímulos sean posibles. Sanchez Asín (2008) lo concretaba de la siguiente forma: “Respecto a los alumnos, cada vez se está evidenciando más que las primeras experiencias educativas determinan las etapas posteriores de su desarrollo, lo cual nos hace poner sobre aviso en la importancia de cuidar la “educación infantil”, no a partir de los tres años, sino a partir de los cero años, por las implicaciones positivas que en dicho desarrollo tiene el principio de la plasticidad cerebral”.

Desde Wake-Up, llevamos a cabo el trabajo con el robot de una forma creativa y real, adaptada a nuestros alumnos. En esta metodología los niños/as se sumergen en historias que les invitan a vivir un viaje lleno de aventuras y movimientos, todo ello de forma progresiva, desde una básica presentación del robot, a preparar el ambiente, empezar a ser pacientes y finalmente a divertirse mientras participan. En el transcurso de esta aventura se iniciaran en el aprendizaje de las nociones espaciales adelante-atrás, el conteo para emitir las órdenes pertinentes para que Cubi pueda moverse, el desarrollo y perfeccionamiento de la psicomotricidad fina, pues deberán manipular e insertar diferentes fichas y, por último, aprenderán haciendo.

Dicho lo siguiente, podemos afirmar que las experiencias que nuestro alumnado puede vivenciar con nuestro robot Cubi les están ayudando a desarrollar una forma de pensar y actuar con una amplia perspectiva, caracterizada por el desarrollo de la creatividad, la cooperación y por supuesto, un papel constructor del aprendizaje y de su propio pensamiento. Manipular el robot supone poner diferentes mecanismos y habilidades motoras en marcha, favoreciendo la coordinación óculo-manual así como observar los movimientos que realiza Cubi con las acciones de los compañeros, éstas suponen poner al niño en un aprendizaje colaborativo cargado de significado pues los más pequeños poco a poco irán adquiriendo nociones de tiempo, de respeto de turnos así como el trabajo en equipo.

Finalizar resaltando la importancia de otorgar experiencias variadas, divertidas y significativas para los niños desde muy pequeños, pues el simple hecho de presentar un robot en el aula ya posee un elemento motivador extra que les invitará a sumergirse en la innovación educativa.

“los niños pequeños juegan para aprender, mientras aprenden a jugar en un contexto creativo” (Resnick, 2013)